Bono, un hombre bueno - ESP

Résumé : Une rétrospective de l'action humanitaire de Bono à l'occasion du passage de U2 en Espagne

Parution : http://abc.es/

PABLO MARTÍNEZ PITA

Fotos con personajes poderosos tiene muchas. Pero una de las más curiosas fue la que se hizo con Paul O´Neill en 2002. Convenció al secretario del Tesoro estadounidense para viajar por África y comprobar la necesidad de tomar medidas urgentes para paliar la pobreza allí. En Ghana se pusieron un traje típico con un gorro a juego. Las reticencias del circunspecto político eran manifiestas, pero Bono le animó y espetaba a los allí presentes: «Al que se ría no se le perdonará la deuda».

Ese año «Time» dedicaba esta portada al líder de U2: «¿Puede Bono salvar al mundo?». En ello está. En 1999 se unió al movimiento Jubileo 2000, más tarde denominado «Acabar con la deuda» y fundó DATA, que intenta conseguir una especie de Plan Marshall para el continente africano. Con este objetivo ha visitado a Juan Pablo II, Clinton, Chirac, Putin, Kofi Annan, Bush, Blair, Powell... Y por ello es candidato al premio Nobel de la Paz de 2005.

Desde su principio, U2 era una «rara avis». Frente a los imperantes anarquía punk y la frívola nueva ola británica, los irlandeses proponían canciones que destilaban épica y espiritualidad. «Todas nuestras letras hablan de Dios o de las mujeres», decía Bono. Paul Hewson, luego conocido como Bono, nació en Dublín en 1960. En semejante país, ser hijo de madre católica y padre protestante ya de por sí debe dar una perspectiva bastante ecuánime acerca de cualquier conflicto que asole la Humanidad.

En 1976 respondió en el instituto al reclamo de un compañero, Larry Mullen, que colgó un anuncio pidiendo gente para formar un grupo -también se presentaron Adam Clayton, The Edge y su hermano Dick, que abandonaría-. Con 22 años se casó con Ali Stewart, la mujer a la que ha sido fiel y con la que ha tenido cuatro hijos. Con 23 años ya vendía 20 millones de discos («War» fue su primer gran éxito). Y en 1984 participó en el famoso macroconcierto «Live Aid», organizado por Bob Geldolf. Pero él fue el único que se preocupó por saber qué ocurría con las ganancias obtenidas. Así que partió con su mujer a Etiopía, donde trabajaron seis meses en un orfanato. Esta experiencia fue la que le marcó definitivamente para proseguir su labor filantrópica.